Muchos católicos de Bosnia-Herzegovina han abandonado su país: desde la última guerra, que terminó en 1995, su número se ha reducido a la mitad. Hoy sólo quedan unos 400.000 creyentes, lo que supone apenas el 15% de la población total. Sin embargo, el éxodo continúa, y la mayoría de las personas que huyeron durante la guerra no regresan. Y es que la situación es cada vez más difícil para los católicos de este país del sudeste de Europa, que antes de la guerra formaba parte de Yugoslavia.
No obstante, algunas familias se animan a regresar a su patria cuando se reconstruye la vida de Iglesia en el lugar de donde proceden, y en este sentido, los sacerdotes desempeñan un papel clave.
De ahí que se necesiten urgentemente sacerdotes. En la actualidad, 14 jóvenes se preparan para el sacerdocio en el seminario mayor archidiocesano de Sarajevo. Financiar su formación es un gran reto para la Iglesia de Bosnia y Herzegovina, ya que casi todos los jóvenes varones que se sienten llamados al sacerdocio proceden de familias pobres de zonas rurales, condición que comparten con la mayor parte de los católicos del país. Por tanto, la archidiócesis de Sarajevo tiene que sufragar todos los gastos de su formación.
Ello ya era un reto en el pasado, pero en los últimos años, como consecuencia de la guerra en Ucrania, los precios han subido mucho -especialmente, los de la energía y los alimentos-, y el país tiene una de las tasas de inflación más altas de Europa. Por desgracia, hay que contar con que los precios suban aún más. ¡Allí necesitan urgentemente ayuda! ACN viene apoyando con regularidad la formación de los futuros sacerdotes en Bosnia-Herzegovina y este año le gustaría volver a hacerlo con 12.600 euros para que no se pierda ninguna vocación por falta de recursos económicos.