Ayuda a Ucrania
En Ucrania, a dos años del inicio de la invasión rusa, la guerra ha creado división y resentimiento en la sociedad, y el dolor se ha convertido en una realidad cotidiana para muchos ucranianos. Hay una ruptura entre los que abandonaron el país y los que se quedaron, entre los maridos que sirven en el frente y sus esposas evacuadas, y entre los que viven la guerra en el oeste de Ucrania y los del este.
La población está terriblemente traumatizada por la guerra, y la cuestión clave es cómo afrontar este trauma. Alrededor del 80% de la población se ha visto afectada por este conflicto, algunos están heridos físicamente, pero sobre todo están heridos en el alma. “Como Iglesia, una de nuestras primeras responsabilidades es cuidar de nuestros sacerdotes. Más del 50% de ellos nos han dicho que están agotados”, dice el Arzobispo Sviatoslav Shevchuk. En medio de la adversidad, la Iglesia hace un llamado a la reconciliación y el perdón, como parte del proceso para superar los traumas.
La situación a la que se enfrenta Ucrania en este segundo invierno de guerra, especialmente debido a su red eléctrica, es muy grave y urgente. En 2022, alrededor del 60% de la infraestructura eléctrica del país quedó destruida, y se calcula que este invierno hasta el 75% de los ucranianos dependerán de generadores para obtener electricidad y calefacción.
En diciembre pasado, Kiev sufrió los bombardeos más graves hasta la fecha, en un recordatorio de la urgencia de la situación. A los ucranianos les preocupa que el mundo se olvide de su guerra, disminuya la ayuda humanitaria y la población quede desamparada.
Por eso, tú puedes ser quien lleve el amor sanador de Dios a nuestros hermanos de Ucrania.
Señor, sálvanos de matar a nuestro prójimo con nuestras palabras u obras. Danos la fuerza para estar siempre del lado de la vida y construir en lugar de destruir. Perdona a los que se han convertido en instrumentos de muerte y odio.
Enséñanos en estos tiempos de prueba y dificultad a acudir a Ti cada vez más, como la verdadera fuente de Vida. Perdona a aquellos que, cegados por la ideología, llevan la muerte en sus manos.
Muéstranos cómo socorrer a nuestro prójimo con un corazón dispuesto, para que los ojos de nuestras almas siempre Te vean en nuestro prójimo. Perdona a los que pudieron ayudar, pero perdieron la oportunidad de hacerlo.
Señor, sé una recompensa para todos nuestros benefactores que han abierto sus corazones y hogares para ayudar a los ucranianos.
Te damos gracias por aquellos que no han perdido su humanidad a pesar de la guerra.
Señor, sé una recompensa para todos los que han dado su vida por su prójimo y, cuando tengamos que hacerlo, danos valor. Perdona a los que han tomado las armas y matan a los indefensos.
Fortalece el espíritu de todos aquellos que esperan el regreso de los prisioneros, de los heridos y de los que están buscando a los desaparecidos.
Señor, renueva y fortalece nuestra fe en este tiempo de prueba y concédenos desear sobre todo cumplir Tu voluntad en cada momento de nuestras vidas.
Amén.
La Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN Perú) sirve a la Iglesia católica en su labor evangelizadora, prioritariamente en las comunidades más necesitadas, discriminadas o perseguidas. Cuenta con 23 oficinas en el mundo desde donde lleva a cabo campañas de sensibilización, oración y recaudación de fondos para responder a las necesidades pastorales y de emergencia de la Iglesia que más sufre. Gracias a la generosidad de sus benefactores, financia, cada año, una media de 5.500 proyectos cada año, en 138 países de necesidad y persecución religiosa.
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