Carmelitas en Chachapoyas

Ayuda para la construcción del noviciado de las carmelitas en Chachapoyas

El Carmelo de Chachapoyas, capital de la región amazónica del noroeste del Perú, fue fundado en 2015 y este año celebra su décimo aniversario. El convento está consagrado al Niño Jesús de Praga y a San José.

La devoción al Niño Jesús de Praga es una tradición propia de la orden carmelita y sigue viva hasta hoy. La hermosa imagen del Niño Jesús vestido de rey data del siglo XVI y se considera un regalo de Santa Teresa de Ávila a la noble familia Manrique de Lara. En 1556, cuando una hija de esta familia se casó con un noble bohemio, recibió la imagen como regalo de bodas y la llevó a Praga. Más adelante, su propia hija donó la imagen al convento de las carmelitas descalzas de Praga en 1628, diciendo: “Les entrego lo más preciado que tengo. Honren esta imagen y les irá bien”. Desde entonces, el Niño Jesús ha mostrado su intercesión milagrosa. Hoy en día, miles de fieles en todo el mundo dan testimonio de su ayuda en situaciones de enfermedad, infertilidad, peligro, dificultades económicas y problemas personales o legales sin aparente solución. Por ello, en cada Carmelo existe una réplica de esta imagen milagrosa.

La devoción a San José también caracteriza a la orden carmelita. Santa Teresa de Ávila confió todos los conventos que fundó a su especial intercesión y escribió: “No recuerdo haberle pedido nada que no me haya concedido”. Por esa razón, recomendaba a todos acudir a San José en cualquier necesidad, pues ella misma había comprobado “cuántas gracias obtiene de Dios”.

El Carmelo dedicado al Niño Jesús de Praga y a San José se ubica en un barrio humilde a las afueras de Chachapoyas. Muchos vecinos asisten a misa allí y buscan el apoyo espiritual de las religiosas, pidiéndoles oraciones por sus intenciones.

Actualmente viven en el convento nueve hermanas con votos perpetuos y tres aspirantes, pero ya hay otras diez jóvenes que sienten el llamado y desean ingresar. Esta alegría representa también un desafío, ya que el edificio actual no cuenta con el espacio suficiente para recibirlas. Además, la lavandería, el lugar para confeccionar las hostias y otras áreas de trabajo carecen de instalaciones adecuadas; incluso algunos equipos se encuentran en los pasillos.

Por este motivo, las religiosas desean construir un nuevo edificio de dos plantas: en la planta baja estará el noviciado, donde las jóvenes podrán discernir su vocación y buscar a Dios en silencio y oración; en la planta alta se ubicarán los espacios que actualmente no tienen lugar fijo.

Las hermanas han pedido ayuda para poder realizar este proyecto, ya que necesitan 20.000 euros. ¿Quieres colaborar para que estas jóvenes que desean consagrar su vida a Dios encuentren un lugar donde ser acogidas?

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