El Líbano atraviesa una profunda crisis desde hace más de cinco años. Muchas personas han caído en la pobreza y viven con ira, desánimo y desesperanza. En numerosos hogares reina la tensión, y el conflicto en Oriente Próximo ha incrementado la preocupación por el futuro. Quienes pueden abandonan el país y, lamentablemente, la tasa de suicidios ha aumentado. La madre Maguy Adabashy, superiora general de las Misioneras del Santísimo Sacramento, escribe: “La gente está desanimada y busca un sentido a la vida. Tienen sed de esperanza y paz”.
Las religiosas desean ayudar mediante jornadas de reflexión, cursos de formación, talleres y otros encuentros dirigidos especialmente a jóvenes y matrimonios, pero también a religiosos, para que fortalezcan su fe y recuperen la esperanza necesaria para transmitirla a los demás. Estas actividades se desarrollarán en el Centro San Juan Pablo II, en Ehmej, a 57 kilómetros de Beirut. Allí, los participantes podrán pasar uno o varios días, recargar energías espirituales y encontrar apoyo en su búsqueda de sentido. Se espera que alrededor de 3.000 personas se beneficien de esta iniciativa.
El centro de Ehmej se ubica en un entorno tranquilo y apacible en las montañas. A pocos kilómetros se encuentra el monasterio maronita de Annaya, donde está enterrado san Chárbel Makhlouf, ermitaño del siglo XIX y reconocido en todo el mundo por sus milagros. A él se le atribuyen miles de curaciones y gracias extraordinarias. El monasterio donde reposan sus restos es uno de los lugares de peregrinación más importantes del Líbano, por lo que la estancia en Ehmej puede combinarse fácilmente con una visita a su tumba.
Queremos apoyar estas valiosas iniciativas con un aporte de 9.100 euros, para que la luz de la esperanza vuelva a brillar en los corazones de tantas personas como sea posible, y para que las familias puedan enfrentar con confianza los retos que les presenta la vida.