La congregación de las Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena fue fundada en 1914 en Colombia. A su fundadora le importaban sobre todo las personas que pertenecen a los grupos indígenas de Iberoamérica. En la actualidad, estas Hermanas trabajan en más de una docena de países iberoamericanos y, además, cuentan con asentamientos en Roma y Madrid, y también están presentes en África.

En Perú, las religiosas llevan 50 años trabajando en la Diócesis de Abancay, cuyo territorio se encuentra en los Andes. Allí, las religiosas asisten a los habitantes de 49 pueblos que, en su mayoría, son de difícil acceso. A algunos de ellos llega una vez por semana un autocar que sale el lunes entre las dos y las cuatro de la madrugada y que no regresa hasta el viernes. Pero el autocar no llega a todos los lugares, por lo que las Hermanas tenían que recorrer largas distancias a pie para visitarlos todos. Antes incluso solían hacer estos trayectos a caballo.

Las religiosas se dirigieron a ACN para solicitar ayuda para comprar un vehículo apropiado para el catastrófico estado de las carreteras, y nuestros bienhechores donaron 15.400 euros para apoyarlas. Ahora disponen de un coche y pueden visitar mucho más a menudo a la gente de los pueblos. Las Hermanas dan las gracias de corazón a todos los bienhechores.

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