Ante los recientes conflictos interreligiosos en Manipur, en los que han muerto más de cincuenta personas, un obispo indio afirma que la Iglesia está preocupada por el creciente radicalismo, pero también añade que la mayoría de los indios valoran y aprecian la presencia cristiana, que ofrece servicios como hospitales, escuelas y organizaciones de ayuda.

Un reciente conflicto entre diferentes grupos étnicos en el estado indio de Manipur, que ha adquirido rápidamente una dimensión interreligiosa, ha dado pie a ataques a gran escala por parte de hindúes del grupo étnico mayoritario de los meiteis contra comunidades tribales mayoritariamente cristianas. Decenas de personas han muerto y varias iglesias ardieron durante los enfrentamientos.

Las tensiones interreligiosas no son nada nuevo en la India, un país mayoritariamente hindú que cuenta con una numerosa comunidad de musulmanes (14%) y una población cristiana del 2,3%. A pesar de su escaso número, los cristianos son a menudo víctimas de ataques e incluso de leyes que pretenden obstaculizar su labor evangelizadora.

El obispo emérito de Baruipur, Mons. Salvadore Lobo, explica que las leyes anticonversión que se aplican en algunos estados suelen utilizarse indebidamente para dar cobertura a la discriminación de los cristianos. “Las leyes son muy claras y establecen que las conversiones forzadas están prohibidas, pero eso la Iglesia no lo hace. Ciertos partidos acusan a la Iglesia de seducción, pero en los últimos treinta años la Iglesia no ha crecido porcentualmente en la India, por lo que no se puede hablar de seducción”.

El obispo señala que resulta irónico que los hinduistas radicales acusen a los misioneros de convertir a la gente a cambio de comida o dinero, pero no parezcan tener ningún problema con los grandes proyectos sociales de la Iglesia, como hospitales, escuelas y organizaciones de ayuda que atienden a miles de personas. “Hace poco visité un hospital católico en Bangalore que atiende a unos 3.000 pacientes externos al día. La mayoría no son cristianos, pero recorren largas distancias para ir allí porque nuestros hospitales son muy apreciados por tratar a los pacientes como seres humanos. Y por ello hay quien nos acusa de seducción”.

Otro problema de las leyes anticonversión es que pueden utilizarse para venganzas personales, al igual que las leyes contra la blasfemia en el vecino Pakistán. “Si me acusan, tengo que demostrar que no es cierto y eso lleva mucho tiempo y precisa de mucha energía y dinero, porque los abogados son caros”, explica Mons. Lobo.

Desde hace casi una década, la India está gobernada por el partido nacionalista hindú Bharatiya Janata Party (BJP). “El principio del BJP es dividir y gobernar”, señala el obispo Lobo. A pesar de que el cristianismo esté presente en India desde hace casi dos mil años, los hinduistas radicales suelen presentarlos como no indios. Esta retórica la utilizan para azuzar a sus votantes y ganar elecciones, pero el resultado es una persistente tensión anticristiana en muchas partes del país, si bien no en todas.

“Los hindúes y los musulmanes no tienen la costumbre de acudir regularmente a sus templos o mezquitas; en su lugar, suelen rezar con sus familias. Pero como nuestras iglesias se llenan una vez a la semana y, a veces, a diario, da la impresión de que somos más numerosos de lo que somos realmente, eso nos convierte en blanco de este tipo de discriminación”, explica el obispo Lobo.

No obstante, y a pesar de la evidente preocupación por el discurso anticristiano -que podría volver a aflorar con las próximas elecciones de 2024-, el obispo reconoce que el Gobierno está haciendo un buen trabajo en otros ámbitos, concretamente, en el económico, y que la falta de organización entre los partidos de la oposición puede dar lugar a otra victoria del BJP.

El obispo Salvadore Lobo afirma que la situación en algunas partes del país es muy difícil para los cristianos, pero en Bengala, donde se encuentra su antigua diócesis, las cosas están mucho mejor y prevalece la armonía interreligiosa. “En Bengala, la gente respeta las distintas religiones. La mayoría de los no cristianos se educan en nuestras instituciones. Puede que surjan problemas más adelante pero, de momento, las cosas van bien”.

ACN apoya muchos proyectos en la India y, sobre todo, en Bengala Occidental. Mons. Lobo, que ha hablado con ACN durante una visita a la sede internacional de la fundación, sita en Alemania, ha manifestado su gratitud hacia todos los benefactores que hacen posible esta ayuda y ha asegurado: “A veces hay persecuciones, pero estas no son el fin de la Iglesia; nosotros creemos que la sangre de los mártires hace crecer a la Iglesia. Debemos tener paciencia y hacer de nuestra vida un testimonio visible, incluso cuando sufrimos”.