La fundación internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada Perú (ACN) expresó su profunda consternación y solidaridad con las familias afectadas por el brutal ataque perpetrado el 10 de septiembre en la localidad de Ntoyo, parroquia San José de Manguredjipa, en la provincia de Kivu del Norte, República Democrática del Congo.
El ataque, atribuido al grupo armado ADF (Fuerzas Democráticas Aliadas), dejó —según fuentes locales cercanas a la fundación— al menos 64 muertos, muchos de ellos asesinados mientras participaban en un velorio. Los agresores utilizaron armas de fuego y martillos, además de incendiar selectivamente algunas viviendas, lo que sugiere una estrategia premeditada de terror. Las autoridades locales han iniciado el entierro de las víctimas y la implementación de nuevas medidas de seguridad.
El ADF, originario de Uganda, es un grupo insurgente islamista que desde 2019 se ha alineado formalmente con el Estado Islámico, integrándose en su Provincia de África Central (IS-CAP). La organización ha sido responsable de múltiples masacres en el este del Congo, caracterizadas por una violencia extrema contra civiles, especialmente cristianos.
En medio de este dolor, ACN se une al mensaje de compasión de Monseñor Melchisédech Sikuli Paluku, obispo de Butembo-Beni:
“A todas las familias afectadas por esta enésima y horrible carnicería, así como a todos los fieles de la parroquia, expresamos nuestra cercanía espiritual. Que Dios, Maestro de la Vida, nos haga fuertes, por intercesión de la Santísima Virgen María, Consoladora de los afligidos, y nos conduzca más allá del desierto de los sufrimientos presentes hacia una paz duradera”.
Este ataque se suma a otras atrocidades recientes que ACN ha denunciado. El pasado 27 de julio, al menos 40 personas, entre ellas numerosos jóvenes, fueron asesinadas durante una vigilia de oración en una iglesia de Komanda, Ituri. En febrero, más de 70 cuerpos fueron hallados en una iglesia protestante en Lubero, muchos de ellos atados y decapitados.
La situación en el este del Congo es alarmante. La violencia se ha intensificado en Kivu del Norte y del Sur, provocando desplazamientos masivos y una grave crisis humanitaria. Aunque varias provincias se encuentran bajo estado de sitio desde hace años, con presencia de las Fuerzas Armadas congoleñas (FARDC), tropas ugandesas (UPDF) y la misión de la ONU (MONUSCO), los ataques continúan. La Conferencia Episcopal Nacional del Congo (CENCO) ha denunciado que la población sigue siendo víctima de asesinatos y secuestros, calificando los hechos como “masacres odiosas” perpetradas contra inocentes.
ACN reitera su compromiso con la Iglesia en la República Democrática del Congo, país que figura entre los diez que más ayuda reciben de la fundación, y pide oraciones por las víctimas, sus familias y toda la comunidad cristiana.
Asimismo, hace un llamado urgente a la comunidad internacional para proteger a los civiles, garantizar la libertad religiosa y trabajar por una paz duradera en una región martirizada por más de 120 milicias y grupos violentos que actúan con impunidad en las provincias orientales del país, incluyendo Ituri, Kivu del Norte, Kivu del Sur y Tanganyika.