Llamado urgente durante el Ángelus del 23 de noviembre
ACN.– El Papa León XIV denunció la grave situación que viven los cristianos en Nigeria y Camerún, donde más de 200 cristianos han sido secuestrados en los últimos días. El Santo Padre se refirió a estos hechos durante el rezo del Ángelus el domingo 23 de noviembre, ante los fieles congregados en la Plaza de San Pedro.
En sus palabras, expresó su honda preocupación por las víctimas y sus familias:
“He recibido con inmensa tristeza la noticia del secuestro de sacerdotes, fieles y estudiantes en Nigeria y Camerún. Siento un profundo dolor, especialmente por los numerosos chicos y chicas secuestrados y por sus angustiadas familias”.
El mensaje también fue difundido a través de su cuenta oficial en redes sociales.
Exhortación a las autoridades
Por la gravedad de los hechos, el Papa realizó un llamamiento enérgico a los gobiernos de ambos países para garantizar la liberación inmediata de los secuestrados:
“Hago un vehemente llamamiento para la liberación inmediata de los rehenes e insto a las Autoridades competentes a que adopten las medidas necesarias para conseguirla”.
Asimismo, pidió a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro que se unieran en oración por las víctimas y por la protección de los espacios cristianos:
…para que las iglesias y escuelas cristianas de Nigeria y Camerún “sigan siendo siempre y en todo lugar espacios seguros y de esperanza”.

Creciente violencia contra los cristianos en África
Las declaraciones del Papa surgen luego de una serie de ataques recientes contra comunidades cristianas en estos países.
-
17 de noviembre: un sacerdote católico fue secuestrado en Kaduna, Nigeria, tras el asalto a la residencia parroquial.
-
Estado de Kebbi: al menos 25 alumnas fueron raptadas por un grupo armado.
-
Camerún: se reportan varios episodios similares en los últimos días.
Según el Informe Libertad Religiosa en el Mundo 2025 de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), Nigeria está clasificada como “país en situación de persecución”, lo que implica violaciones graves, sistemáticas y continuadas de la libertad religiosa.
Grupos extremistas como Boko Haram y la Provincia de África Occidental del Estado Islámico (ISWAP) mantienen su presencia en el noreste, mientras que en el cinturón central la violencia se intensifica, con iglesias incendiadas y fieles asesinados.