
“La gente no tenía nada, pero lo único que nos pedían era que los ayudáramos a orar”.
Cuatro sacerdotes salesianos y cuatro religiosas atienden a más de 90,000 refugiados sursudaneses en Palabek, Uganda. Entre la educación y las necesidades espirituales, no les falta trabajo. Por suerte, cuentan con el apoyo