Uno de estos sacerdotes a los que enviaremos nuestra ayuda es el padre Andriy Bodnaruk. Él visita a familias en la capital, pero también visita a los soldados en los puestos de control, realiza servicios litúrgicos en los refugios y organiza actividades para distraer a los niños de la guerra. Vistiendo un chaleco antibalas sobre la túnica sacerdotal, visita a las personas tanto en los albergues de acogida como en las casas de los que han decidido quedarse. El padre Andriy visita a los feligreses para darles la comunión y junto al alimento del almadistribuye los paquetes de ayuda entre los necesitados, que compra con fondos recibidos de Ayuda a la Iglesia Necesitada.

“Hago lo que hacía antes: sirvo a Dios, a la Iglesia y a nuestro pueblo. Me mantengo cerca de las dolencias que aquejan a las personas.”, cuenta el joven sacerdote.

El P. Andriy Bodnaruk en el refugio antiaéreo.

› Sacrificio por la paz

En sus conversaciones con la gente, el padre Andriy habla mucho del amor. Dice que lo ve en los residentes de Kiev:

“Nuestra gente no está en pánico, sino que ve una necesidad aún mayor de servirse y apoyarse unos a otros. Muchos de ellos, aquellos que tenían medios, una hermosa casa y vivían en condiciones confortables, hoy en día a menudo visten chaquetas y pantalones rotos y se despiertan en el frío, día y noche para proteger su ciudad. Las personas están unidas especialmente por la Iglesia. Porque cuando la comunidad se reúne en los albergues para la oración, la comunidad se une aún más y se responsabilizan unos de otros”.

El padre Andriy admite que también él teme que sus emociones se hayan visto afectadas por la guerra, pero da gracias a Dios porque el silencio y la oración ayudan a encontrar respuestas a las preguntas más difíciles.

Trata de transmitir a la gente – y a los soldados – que la ira no puede ser sagrada, la ira no es para bien, y les recuerda a Cristo perdonando a sus asesinos «porque no saben lo que hacen», y a nuestra Señora orando en silencio. El sacerdote insta a no maldecir al enemigo para no ser como él. La fuerza para luchar, dice, viene de la fe y la confianza en el Señor.

› Liturgia en el metro

Junto al padre Andriy, cientos de sacerdotes realizan una labor pastoral y social en estos momentos en Kiev. En una de las estaciones de metro en el centro de la capital, que ahora sirve como refugio antiaéreo, sacerdotes de la Iglesia greco-católica ucraniana celebran regularmente la “Liturgia Divina”, como se denomina a la santa misa en este rito. En estos momentos tan difíciles, religiosas apoyan a los sacerdotes de Kiev en su cuidado pastoral. Son ellas quienes acompañan a menudo con su canto la Liturgia en el metro de Kiev.

› Un momento especial para apreciar el valor de las cosas simples 

El sacerdote está convencido de que Dios salva a las personas del mal y de la desesperación.

“Muchas veces nos quejábamos y nos costaba ser tan pobres. Y ahora entendemos: si podemos despertarnos por la mañana con dos ojos, brazos y piernas, ¡eso es mucho!”, enfatiza el padre.

Para continuar con su misión necesitan tu ayuda: “Quiero asegurarles que cada céntimo gastado en tiempos de guerra es una gran contribución e inversión en la paz mundial”, concluye el sacerdote.

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