Casi el 90% de los 170 millones de habitantes de Bangladesh son musulmanes, mientras que los cristianos constituyen una ínfima minoría, muy inferior al 1% de la población total, y, por regla general, pertenecen a minorías étnicas desfavorecidas.
Así ocurre también en la diócesis de Rajshahi, en el noroeste del país. Allí viven más de 20,4 millones de habitantes, entre los que sólo hay 71.000 católicos. Estos fieles también son adivasi, a saber, miembros de diversas tribus indígenas que, en su mayoría, tiene pocas oportunidades para formarse. Aunque actualmente la mayoría al menos sepa leer y escribir -lo que supone un gran avance-, la mayor parte son pobres y trabajan como jornaleros o pequeños comerciantes, o viven de lo poco que cultivan. La sequía y el cambio climático representan allí un grave problema.
La diócesis ha puesto en marcha un programa para que los fieles profundicen su fe aprendiendo más sobre el Evangelio y las enseñanzas de la Iglesia, pero también para que conozcan mejor sus derechos en la sociedad y aprendan a expresarse para hacerse oír. Los derechos humanos, el fortalecimiento de los valores cristianos, la lucha contra la trata de personas, la protección de la infancia, la dignidad de la mujer, la pastoral penitenciaria y cuestiones como la migración y el manejo de las condiciones climáticas extremas son temas importantes que se abordan desde una perspectiva cristiana. En este programa participan diversos grupos de personas, casi 8.000 en total, y entre ellos hay líderes locales, fieles de parroquias a los que se forma para que más adelante puedan formar ellos mismos a la población local, así como jóvenes. Pero para eso se necesitan recursos económicos.
El padre Sagor Corraya de la Comisión Justicia y Paz nos pide ayuda por carta: «Estoy firmemente convencido de que nos echaréis una mano. Sin vuestra ayuda nos es absolutamente imposible continuar con nuestro programa. Vuestra atención amante ayudará a toda nuestra gente a recibir una buena formación en la fe. Rezo por todos vosotros a diario en la celebración eucarística».
A nosotros nos gustaría volver a apoyar este año este importante programa con 2.500 euros. ¿Quién desea ayudar?