ACN había colaborado recientemente con la parroquia en la que fue asesinado el párroco Diego Valencia.

 

La fundación internacional Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) expresa su máxima condena por el atentado contra dos iglesias católicas perpetrado el miércoles en Algeciras, España, motivado por el extremismo religioso yihadista. Asimismo, ACN expresa su solidaridad y hace un llamamiento a la oración por las víctimas y sus familias.

 

El yihadista utilizó un machete para matar al guardián de una de las iglesias, Diego Valencia, casado y padre de familia, que era muy conocido en la localidad como propietario de una floristería, e hirió a otras cuatro personas, entre ellas un sacerdote.

 

El primer ataque se produjo en la parroquia de San Isidro, donde el atacante hirió gravemente al sacerdote salesiano Antonio Rodrígues Lucena. El P. Antonio fue herido en el cuello y tuvo que ser operado de urgencia. Ahora se encuentra hospitalizado y estable. Otras dos personas que intentaron impedir este primer ataque también resultaron heridas. A continuación, el terrorista se dirigió a la iglesia de Nuestra Señora de Palma, donde asesinó a Diego Valencia.

 

Testigos de los atentados afirman a varios medios de comunicación españoles que el marroquí de 25 años también volcó imágenes sagradas y acosó a los presentes en la iglesia al grito de «Allahu Akhbar» [Dios es el más grande], y «vuestra fe no es auténtica». Antes de que se produjera el ataque se cruzó presuntamente con otro ciudadano marroquí, al que propinó un puñetazo, gritándole «trabajas para la ‘majia'», término marroquí que designa a quienes se oponen a la religión de uno.

 

¿Estamos haciendo todo lo posible para detener el odio?

En reacción a este atentado, el presidente ejecutivo de ACN, Thomas Heine-Geldern, destaca la importancia de proteger la libertad religiosa. «Las autoridades y la opinión pública no pueden ignorar ni subestimar este tipo de sucesos trágicos. Debemos preguntarnos si estamos haciendo todo lo posible para detener lo que inspira este odio, esta aversión que se alimenta de una ideología político-religiosa que ha causado tantas víctimas en todo el mundo, en particular en los últimos años, sobre todo en el África subsahariana. En Europa también se han multiplicado los atentados de este tipo», afirma.

 

Javier Menéndez Ros, director de ACN España, recuerda que el atentado terrorista de ayer tuvo lugar el día de la fiesta de la conversión de San Pablo, que persiguió a los cristianos antes de convertirse en un gran apóstol del cristianismo en el siglo I. «En el camino de Damasco, San Pablo cayó al suelo cuando el Señor le preguntó: ‘¿por qué me persigues? Esta pregunta es tan pertinente hoy como lo fue entonces. ¿Por qué nos persiguen?».

 

El icono profanado en Algeciras

Menéndez añade que ACN colaboró recientemente con las parroquias de Algeciras a través de la exposición de un Icono que fue profanado por los yihadistas en Siria, y rescatado de una iglesia de la ciudad de Homs. «Casi todas las parroquias de la diócesis acogieron el icono, y celebraron vigilias de oración y encuentros para reflexionar sobre la persecución a los cristianos en Oriente Medio. La parroquia de Nuestra Señora de Palma, donde fue asesinado el párroco Diego Valencia, y la iglesia de Nuestra Señora Auxiliadora, de la que era párroco el herido don José, fueron algunas de las que acogieron el icono sirio», explica el director de AIN España.

 

Defensa de la libertad religiosa

ACN ha pedido en repetidas ocasiones que se refuerce la protección de la libertad religiosa en todo el mundo. Se trata de un derecho fundamental que debe ser garantizado y protegido por todas las autoridades estatales. Actualmente, la libertad religiosa sólo está garantizada en 1 de cada 3 países del mundo, según el último Informe de Libertad Religiosa de ACN.

 

El 9 de enero, durante su tradicional discurso a los miembros del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, el Papa Francisco subrayó que en nuestros días uno de cada siete cristianos en el mundo es perseguido por su fe. El Papa insistió en la necesidad de defender y proteger la libertad religiosa. «Es preocupante que se persiga a personas simplemente porque profesan públicamente su fe y, en muchos países, la libertad religiosa está limitada», dijo el Papa.