“Por sus frutos los conoceréis”(Mt. 7,16)
La generosidad de los benefactores de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) ha brindado cuatro nuevos frutos para la Iglesia en Perú: el próximo 30 de diciembre, la Prelatura de Yauyos (al sur de Lima) tendrá dos nuevos sacerdotes y dos nuevos diáconos provenientes del Seminario Mayor de San José de Cañete.
ACN entrevistó a Osnar Jarsiniho Bartolo Cárdenas, Jesús Oyolo Velásquez, Paul Miguel Florencio y Flavio Jhair Pérez Lizarme (cuyas edades oscilan entre los 24 y 25 años) sobre sus historias vocacionales, que surgieron principalmente gracias al testimonio de vida de otros sacerdotes y del acolitado; y sobre la importancia del apoyo económico a los seminaristas.
Un sacerdote es el primer promotor vocacional
El Diácono Osnar contó a ACN que su historia vocacional empezó con una sesión de fotografías a una iglesia para una tarea escolar. Quedó tan impresionado con el trabajo de los sacerdotes y la vida de oración que se hizo acólito, y al terminar la escuela decidió ingresar al seminario. A pesar de haber perdido a sus padres, “eso no fue un obstáculo para decir ‘no’ al Señor en el tema de la vocación, sino para tener confianza en él y la perseverancia para continuar”.
El diácono Jesús indicó que desde inicios de la secundaria quiso ser sacerdote y que un día ante el Santísimo Sacramento, se acercó a un presbítero y le manifestó su decisión vocacional. Le respondió “ayuda en la Santa Misa”. Tras un periodo de trabajo como acólito, empezó a recibir dirección espiritual y a participar en retiros vocacionales.
Ambos ingresaron al Seminario Mayor de San José en el 2013 y en el 2014, respectivamente. Fueron ordenados diáconos en diciembre de 2021 y durante ese año y el actual, el diácono Osnar desarrolló su trabajo pastoral en la Parroquia de Huarochirí y el diácono Jesús en la Parroquia San Lorenzo de Alis – Tomas. Estas dos iglesias se encuentran en poblados en la zona montañosa de Lima y tienen más de 500 años de historia.
Respecto a esta experiencia, el diácono Jesús destacó que “Dios me hizo ver la necesidad de vocaciones. En esa parroquia hacía falta un sacerdote más. Muchos fieles piden la Santa Misa y a veces el padre no se da abasto. Y las largas distancias de los pueblos nos dan muchas dificultades”.
A pocas semanas de su ordenación sacerdotal, aseguró que el apoyo a los seminaristas “es importante porque el sacerdocio es un don, un regalo que espera correspondencia. Y decidir ser sacerdote es convertirse en un don del amor de Jesucristo a los hombres”.
Por su parte, el diácono Osnar comentó a ACN que la noticia de su ordenación sacerdotal es “algo grande, una cosa que nadie es digno de recibirlo, pero el Señor es el que hace las cosas, da sus dones a quien quiere y llama a quien quiere. Como dice la escritura, ‘somos siervos inútiles’ y hemos hecho lo que tenemos que hacer, responder a la llamada de Jesús y aquí estamos”.
Las buenas amistades pueden ayudar a construir una vocación
Tanto Paul como Jhair contaron a ACN que participaron como acólitos en sus respectivas parroquias y que esa experiencia les ayudó a forjar buenas amistades, especialmente con los seminaristas.
“Una cosa que me impresionó bastante fue la manera del trato de los seminaristas, de los sacerdotes a los que empezaba a conocer, nos trataban con una amabilidad, con cariño, con preocupación, uno se sentía de verdad con confianza con ellos y sentía paz. Se la pasaba muy bien a tal punto que uno quería quedarse un rato más”, dijo Paul.
Aunque Jhair no había considerado en un primer momento ser sacerdote, tras el constante trato con ellos “me daba cuenta que un sacerdote es una persona común y corriente, que tiene la gracia, ha recibido la gracia a través del sacramento del orden y es algo maravilloso.
Tras muchas dudas, decidió seguir un acompañamiento espiritual y discernimiento, con los que “ volví a esta idea de la vocación y dije que iba a responder que sí. Recuerdo que fue una experiencia bonita y esa semana lo sentí como si le hubiese dado la espalda a Dios (al negarse anteriormente a seguir la vocación), como si lo estuviera rechazando. Efectivamente Dios me estaba llamando”.
¿Por qué es importante ayudar a los seminaristas en su formación?
Basándose en los años de formación en el Seminario Mayor de San José y en su historia vocacional, los cuatro jóvenes recordaron que un sacerdote “entrega su vida” y que necesitan el apoyo de la gente para “continuar con su misión”.
“La labor que tiene el sacerdote es importantísima, se juega incluso la salvación de las personas en algunos casos. No han habido sacerdotes por carencia económica y sería una gran falta, una gran ausencia en el mundo. Es algo que también nos decían en el seminario, que por falta de dinero o por carencia no se puede perder una vocación, por eso es fundamental su ayuda”, señaló Jhair al respecto.
En cuanto a las necesidades materiales, el diácono Osnar comentó que pueden ser “un pantalón, una camisa, una prenda para cosas que puede necesitar en el transcurso de su formación o algún libro que necesita para estudiar”.
Por su parte, el P.Jorge Peña Bozzo, rector del Seminario Mayor de San José; explicó a ACN que los seminaristas “ se sostienen con becas y con donaciones. Es una ayuda muy significativa que permite que el presupuesto pueda alcanzar para todo el año”.
También aprovechó para agradecer a los benefactores de ACN ya que su donativo “permite financiar el alojamiento, la alimentación, el sueldo de los profesores y para los distintos servicios que hay en el seminario.
“Tengo casi 25 años de sacerdote y cuando era seminarista, el Obispo y el rector siempre nos pedían rezar por los benefactores, por las instituciones que nos ayudaban. Entre ellas, y una de las principales, Ayuda a la Iglesia Necesitada”, agregó.
Respecto al trabajo pastoral en la Prelatura de Yauyos,el P. Peña Bozzo indicó que además de la atención a los pueblos en la montaña, este incluye las visitas a la cárcel local y a los hospitales.
Con ocasión de la Navidad, la fundación pontificia ACN ha lanzado una campaña para apoyar económicamente a los seminaristas de todo el mundo. Tal como les sucede a los seminaristas de Argentina, muchos enfrentan diversas dificultades para culminar con su formación. Por ello, le invitamos a conocer más sobre esta campaña y ayudar al futuro de la Iglesia en el mundo: