Marcela Szymanski, editora jefe del Informe Libertad Religosa en el Mundo, analiza la situación de este derecho fundamental en el país.
ACN.- Continúan las protestas en todo Irán contra el uso obligatorio del velo islámico y por la justicia del caso de Mahsa Amini, joven de etnia kurda que murió a manos de la Policía de la Moral cuando estaba detenida por llevar mal puesto el velo. Ya con más de 90 muertos en las manifestaciones ante la dura represión del gobierno iraní. Marcela Szymanski es editora jefe del Informe Libertad Religiosa en el Mundo, editado por Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN). Ha analizado la situación en este país durante el programa Trece Al Día, de la cadena de televisión Trece: «Estas protestas confirman que para el gobierno de Irán su mayor enemigo son las mujeres y los cristianos».
Las mujeres de Irán están reivindicando más igualdad y derechos para todos los ciudadanos. Esta igualdad fue una promesa de la revolución iraní de 1979, que no se está viendo cumplida. Según Szymanski, «Hoy muchas mujeres de Irán están viendo que no tienen ningún papel en la vida social y religiosa. Sin embargo, encuentran en la fe cristiana un lugar. Muchas se están convirtiendo al cristianismo y crean en sus propias casas pequeñas comunidades clandestinas. No pueden ir a las mezquitas sin estar acompañadas, pero mantienen las llamadas «iglesias de casa». Ellas organizan sus actividades cristianas dentro de sus casas corriendo riesgos espantosos».
En Irán, según cifras oficiales, hay unos 500.000 cristianos. Sin embargo, algunas fuentes señalan que esta cifra podría aumentar a un millón. Estos datos son difíciles de saber porque especialmente los conversos que vienen del Islam viven su fe de forma oculta. Se enfrentan a años de cárcel o incluso la muerte, por parte de sus familiares, grupos radicales y el sistema judicial basado en la ley islámica, que condena a muerte a todo musulmán que cambie de religión. «Lo que está ocurriendo es que las mezquitas estan vacías y hay gran cantidad de conversiones del Islam al cristianismo. Y sobre todo hay conversiones de mujeres. Esta es la gran amenaza para el sistema teocrático iraní. No quieren que suceda como ya ha pasado en países vecinos como Irak», asegura Szymanski.
La Policía de la Moral
En Irán, la vigilancia de las normas de vestimenta y otros preceptos que tienen su base en la sharia, o ley islámica, está a cargo de la Policía de la Moral. Para Szymanski, «Este es uno de los muchos instrumentos para imponer regímenes totalitarios. Desde la revolución iraní ha habido levantamientos populares para protestar contra la falta de la promesa de la igualdad en la que se estaban basó dicha revolución. El nombre del país es «República Islámica de Irán», lo que da muestra que para ser ciudadano tienes que ser de cierta religión, si no, no tienes plenos derechos. Y la situación se ha ido agravando, se está llegando a una «talibanización» del sistema. La peor paradoja es que el gobierno teocrático de Irán está creando alianzas con movimientos políticos de izquierdas en Occidente, creando una de las mayores paradojas de nuestros días que tiene como fin restar libertades y derechos humanos».
Sin libertad religiosa plena
Como también señala la especialista en libertad religiosa, citando el estudio editado por ACN, en Irán se viven tensiones entre musulmanes chiíes -la mayoría- y los musulmanes suníes. Hay que considerar este factor, porque Mahsa Amini era kurda, que se identifican con el Islam suní. «Como recogemos en nuestro informe, el estado iraní tiene bajo lupa a los musulmanes suníes y las minorías étnicas como los kurdos. Esta chica procedía de una región cerca de la frontera con Irak, precisamente una zona donde hay muchos cristianos pertenecientes a las Iglesias tradicionales ortodoxa y católica. Estos cristianos tienen libertad de culto, tienen sus iglesias y pueden celebrar allí los sacramentos. Pero no disfrutan de plena libertad religiosa«.